Laboratorio de Juanfra Rodríguez

29 abril - 24 de mayo de 2019

Decidí intentar hacer posible una idea de hace tiempo, y que surgió en varios encuentros que tuve con Adisnor (Asociación de Personas con Discapacidad Intelectual del Noroeste de Gran Canaria). Allí nos encontramos varios familiares con una psicóloga. Las diferentes visiones de las familias estaban sujetas a sus diversas experiencias contradictorias en las que, a veces, surgía la paradoja de que el familiar de una persona con discapacidad se sentía, fundamentalmente, una víctima sujeta a una carga… Me preguntaba cuál sería la visión que tendrían las personas con discapacidad de sus propias familias; cómo se sentirían en su propio entorno familiar, a veces hostil, a veces agradable, a veces protector… A veces, terrorífico…

De aquel momento surgió la idea de realizar un taller para que las personas con discapacidad intelectual pudieran manifestar, o dar testimonio de sus propias vivencias, sin prejuicio de que esos testimonios estuvieran basados en la realidad o en la ficción, partiendo del derecho que tenemos todos los seres humanos a desahogar nuestra vida de verdad, nuestra vida de mentira, o nuestra vida imaginada o soñada.

En el taller, la alegoría familiar estaría colocada en un trío o un cuarteto (o un dúo) de músicos profesionales. Los otros componentes de esta familia serían personas con discapacidad intelectual, que dominen o no cualquier instrumento musical, incluida la voz humana, y que tengan inquietudes musicales. Este sería el punto de partida para un juego escénico, para ir creando la posibilidad de que fueran surgiendo las analogías con su entorno familiar, y permitiendo el testimonio, o el desahogo, veraz o ficticio de cada uno de los componentes sobre lo que significa el entorno familiar. La expresividad no estaría limitada a la música, sino que cada persona jugaría con el soporte artístico con el que estuviera más cómodo o se sintiera más confiado.

La propuesta es “vamos a tocar música juntos, cada cuál como mejor sepa” y de ahí… ¡a saber dónde nos lleva! Como las familias, que se colocan para tocar “la vida” juntos, y cada cual lo hará lo mejor, o lo peor que pueda…

Coordinadora: Magda Labarga