Los caminos erróneos del poder, la escritura torcida, los caracteres que se quiebran, la honestidad aparente contra la locura destructora cobran vida como expresión de la nada, del helor que produce existir sabiéndose finito e infeliz; el sufrimiento incomprensible, el abismo existencial, la arbitrariedad más brutal contra una casta corrupta, el disolvente feroz de un monarca castigador que persigue hasta las últimas consecuencias lo imposible, la luna... Y la búsqueda implacable del verdugo, verdugo que deberá acabar con su vida.
El amor y su imposibilidad, el paso del tiempo, el asesinato, todo un mundo de atroces y convulsas acciones que desembocan en la autodestrucción están presentes en este extraño y atrayente texto teatral.
“¡Todavía estoy vivo!”, última frase, último estertor del protagonista, es al mismo tiempo una afirmación vital y una advertencia que aún puede provocar terror.
El resto es silencio.
Producción Teatre Romea, Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y Grec 2017 Festival de Barcelona