Estaba embarazada de cinco meses cuando perdí mi hijo. La decisión de escribir la obra fue una necesidad. Como cuando tienes sed y bebes. Todos tenemos nuestro descampado. Un lugar árido que hemos tenido que atravesar en algún momento de nuestra vida. Escribiendo he revisitado este descampado mío y le he encontrado una luz más bonita. Como cuando vuelves a un lugar donde estuviste de noche. Y ahora es el atardecer y la luz del sol cae tan bonita sobre los objetos, que les otorga una belleza extraordinaria. Y tú estás allí, plantada, sin entender porque no habías visto esa belleza la primera vez que estuviste. Para mí, ha sido un grito a la vida, una manera de rendir homenaje a esta criatura que no ha podido tener la vida que yo le había imaginado. Mi manera de explicar lo que sentí, de compartirlo, y de darme cuenta de lo mismo que la protagonista descubre en la obra: que incluso las sombras más oscuras no hacen tanto miedo cuando se las ilumina.
Clàudia Cedó
Producción Sala Beckett y Grec 2018 Festival de Barcelona
Sala Francisco Nieva, Teatro Valle-Inclán
Plazuela de Ana Diosdado s/n (Plaza de Lavapiés), 28012 Madrid