Un telón abandonado en una caja de madera es descubierto en un teatro. Es una pieza única y peculiar, uno de los telones que pintó Salvador Dalí en los años cuarenta en Nueva York para su versión de
Tristán e Isolda.
París, principios de diciembre de 2010; después del estreno de
Rain hay una gran expectación. Son días llenos de ideas. Julie Hamelin está convencida que tenemos que ponernos a trabajar, quiere producir un nuevo espectáculo. Quisiera un espectáculo donde la acrobacia levante el vuelo. Me lee una nota que conservaba en uno de sus cuadernos: «la verdad es todo lo que soñamos, lo que experimentamos, lo que creamos; todo lo que forma parte de nuestra memoria».
Navidad 2010, Montreal. Estamos preparando la cena cuando me llama el hermano de Gabriele. Me cuenta que nació hace poco su tercer hijo, vive en Panamá; la vida va bien y quiere hablarme de un proyecto. Una fundación adquirió un telón pintado por Salvador Dalí en Nueva York en los años cuarenta. La fundación quiere proponerme que lo utilice en un espectáculo.
Bruselas, principio de enero de 2011. Las ideas empiezan a sedimentarse. Con Julie vamos en un taxi, ambos convencidos de que el espectáculo acrobático y el telón de Dalí tiene que confluir en el mismo proyecto.
Es momento de descubrir el universo de un nuevo artista. Está también la historia de Tristán e Isolda, Nueva York en los años cuarenta; el viaje interior de quienes tienen que dejar Europa y refugiarse en Estados Unidos. Hay temas que abren otros temas; en la cabeza las ideas rebotan y componen imágenes. Un despliegue de flores amarillas; personajes vendados, velados, como la estatua de Giuseppe Sammartino en la capilla de San Severo, en el corazón de Nápoles. Manos con dedos larguísimos; sombras que deforman las proporciones; rojo sangre; blanco; el azul del manto de la Virgen María; escaleras suspendidas en el vacío; equilibrios imposibles; cuerpos que se dislocan; plumas y lentejuelas como si la historia cobrara vida en un vodevil decadente, junto a un director
que busca historias para revivir el ánimo de la
troupe.
En Lugano, enero de 2011, nos reunimos para estudiar cómo continuar la aventura. Julie propone reunir a Teatro Sunil e Inlevitas en una sola estructura.
La verità se convierte en la primera producción de la nueva compañía.
Vídeo del montaje del telón de Dalí