La cantinera Ana Fierling no quiere que termine la guerra, pues de ella depende el sostenimiento de su pequeño comercio. La guerra, ese gran negocio, que con su aciaga factura de muerte y destrucción se va cobrando la vida de sus hijos, no parece despertar a Madre Coraje de su propia alienación. ¿O tal vez no sea así? Acaso cuando al final, reemprende su marcha arrastrando su carro en soledad, lo haga desde una conciencia alentada por esa “rabia de mecha larga” que ella misma preconiza en un momento de la obra. La riqueza del personaje estriba en la encrucijada de contradicciones en que se desenvuelve…
Sea como sea, el dramaturgo, maestro de la paradoja y la ironía, transfiere la agnición de la heroína al patio de butacas: el público contempla la ceguera de Madre Coraje e, inevitablemente, extrae sus propias consideraciones al respecto, participando así, tanto de la propuesta artística, como de la consiguiente conversación pública que esta propicia.
Ernesto Caballero
Producción Centro Dramático Nacional
Teatro María Guerrero
Calle de Tamayo y Baus 4, 28004 Madrid