Seis actores, un escenario, luces con ruedas, el mar, la risa, el llanto, y un denominador común alrededor de un sueño y por debajo de una mesa.
La historia que aquí nos reúne es la un hombre que quiere volar, ir más allá de lo que es, y se sirve del mundo onírico para viajar a través de unos personajes que van ejecutando todo lo que anhela.
Nadie sabe reír, llorar, cuando pierde… ríe, es como un niño atrapado en un cuento de adultos, es simpático y solitario ciudadano, inocentón y muy torpe que se las ingenia para salir de situaciones embarazosas.
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