Los dioses griegos moraban en la cima del monte Olimpo y gobernaban sobre los seres humanos influyendo sobre estos con su protección o su abandono.
Algunos hombres se atrevieron a desafiar sus caprichos y fueron víctimas de su ira, como Ulises, que al ofender a Poseidón dejando ciego a su hijo Polifemo, provocó que el dios del mar le impidiera volver a Ítaca, dejándolo vagar sin rumbo por todo el mar Mediterráneo.
Ulises es la historia del viaje como metáfora de la vida, de la lucha contra las dificultades y las formas de resolverlas.
Nuestros actores son dioses de un tablero donde mueven las acciones del héroe griego. Condicionan y manejan el viaje de Ulises y son a su vez parte de ese viaje. Dirigen su destino como manipuladores de sus actos, pero son también compañeros de su viaje. Le ayudan a descubrir mundos, descubriéndolos ellos también. Son conscientes de la historia que cuentan, universalmente conocida, pero se sorprenden ante todo lo que pasa.
Un viaje lleno de peripecias únicas, de estrategias que te llenan de experiencias, de juegos compartidos donde cada acto, cada escena, es un universo en sí mismo. Le hemos pedido a Ulises que nos deje, una vez más, seguirle en la búsqueda de su Ítaca esperando con ello encontrar también la nuestra.
Larga vida al héroe griego.