Vivimos en la sociedad de la imagen, un mundo donde el 80% de la información que recibimos viene de estímulos visuales. Estamos acostumbrados a valorar las cosas por cómo se ven sin importar como son realmente. Nuestra mente ocupa la mayor parte de sus recursos en decodificar esos estímulos visuales... por lo tanto, los demás sentidos quedan relegados a un segundo plano. ¿Qué pasaría si por un momento anulamos uno de los sentidos que más utilizamos en nuestra vida cotidiana?
Toda nuestra atención pasaría a estar enfocada a nuestros demás sentidos... nuestros sentidos no visuales.
Un mundo nuevo se abriría para nosotros, comenzaríamos a ver como nunca antes.
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Espectáculo especialmente adaptado a personas ciegas