Gerardo Vera (1947-2020) falleció este domingo en Madrid. A sus incontables aportaciones artísticas en los más diversos campos (director de cine, de arte, de escena, escenógrafo y figurinista) se suma su labor como gestor al frente de esta institución entre 2004 y 2011; durante esos siete años marcó importantes hitos que significaron un notorio avance en la renovación de la escena nacional, apostando por las nuevas generaciones tanto en la dramaturgia y la dirección como en la plástica escénica. Nos brindó grandes títulos del repertorio nacional e internacional (Valle-Inclán, Brecht, Büchner, Chéjov o Shakespeare, entre otros), dando cabida en el Centro Dramático Nacional a los nuevos lenguajes escénicos. Fue además el responsable de la apertura en 2006 de la segunda sede del CDN, el Teatro Valle-Inclán, que inauguraría con un montaje memorable de Divinas palabras.
Recibió el Premio Nacional de Teatro en 1988 por “su contribución al desarrollo del teatro y de la ópera en España”, y también dos Goyas (al mejor diseño de vestuario por El amor brujo y a la mejor dirección artística por La niña de tus ojos). Despuntó en el cine y en la ópera, pero por encima de todo fue un hombre de teatro, un creador total y un “referente fundamental de nuestra Cultura”, como lo han calificado todas las voces.
[Foto: David Ruano]
Gerardo Vera. In Memoriam
A la espera de realizar un homenaje a Gerardo Vera en nuestros teatros, queremos rendirle tributo desde nuestra web. Numerosas personalidades del mundo de la cultura y las artes escénicas, escribirán unas palabras sobre el maestro.
Desolada por tu pérdida, amigo, como hombre de la cultura y desde la cultura te hablo con palabras de Miguel Hernández:
“En Madrid, tu pueblo y el mío de adopción te me has muerto como del rayo, compañero del alma, tan temprano, con quien tanto quería“.Carmen Calvo, Vicepresidenta Primera del Gobierno y Ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática
Mi querido Gerardo, hoy no hemos hablado, ¡qué raro!, lo hacemos todos los días, temprano, muy temprano, somos madrugadores. Tú me hablas de Macbeth, de La verbena de la Paloma, de Oceanía… yo te cuento de lo complicada que es la Administración para nuestro oficio, tú me animas, nos reímos, discrepamos, me recomiendas libros, te recomiendo series, hablamos de teatro, siempre el teatro, todo los demás es secundario, tu vida es el teatro.
Te echo de menos, Vera.
Tu amiga, Amaya de Miguel
Gerardo Vera me enseñó a confiar en el talento de los demás como en una fuerza que enriquece el talento propio. Me animó a contar las historias que me interesaban por encima de las modas y los prejuicios. Me habló de la belleza como de un objetivo salvador que podía con el horror y la maldad, y me empujó a atreverme con lo que yo veía como imposible. Así es como siempre te recordaremos, Gerardo, trabajando para hacerlo siempre mejor.
Alfredo Sanzol, director del Centro Dramático Nacional
Gracias maestro, gracias Gerardo, por habernos dado tanto, por habernos reído tanto, por habernos ayudado tanto, por habernos abrazado, enseñado y defendido tanto, y por habernos dado una colleja de tanto en tanto. Gracias amigo. Te vamos a echar tanto de menos. Brindaremos por ti. Te queremos tanto…
Andrés Lima, director
Tú invitando a morderle la yugular a cada palabra y cada gesto. Tu mirada del niño que no conocí pero me regalaste. El lúcido dolor de caminar contigo sobre cristales. La familia que creaste y que seguiremos siendo por estar llenos de todo lo tuyo. Seguiremos para ti, Gerardo.
Marta Poveda, actriz
Mi querido Gerardo:
Ya me he enterado de que te has ido… Bueno, para mí fue tan importante encontrarte, que es imposible que puedas salir de mi vida. Has sido la persona más sabia y cariñosa con quien me he tropezado. Tu eterna sonrisa, tu búsqueda, tu curiosidad… Tu generosidad era tan prodigiosa que hacías que me sintiera inmensamente segura de mí misma. Me transmitías tus vuelos espectaculares hacia el encuentro con la belleza, cuando yo, llena de cabello blanco, me llamabas rubia peligrosa, me hacía sentirme joven y casi adolescente.
Tengo que agradecerte toda la confianza con que me trataste; es que me entendías y creías en mis ideas, no siempre muy sensatas, pero que tú respetabas.
Un ser maravilloso, que sin él, no será fácil seguir viviendo.
Ayer me llamaron todos mis hijos, al enterarse de tu último vuelo. Todos sabían lo mucho que te apreciaba, y todos saben que ya te estoy echando de menos.
Pilar de Yzaguirre – Ysarca Art Promotions
Entusiasmo sin límites, capaz de hacer soñar a lo grande. El niño que juega libre, feliz de llevarte a mundos maravillosos. Gracias por tantísimo, Gerardo. Me acompañarás siempre en cada escenario.
Lucía Quintana, actriz
La desaparición de Gerardo Vera arrebata a la cultura española a uno de sus más exquisitos y vigorosos creadores. Generoso, audaz y cada día más sabio, aún tenía mucho que ofrecernos y enseñarnos. El mundo queda privado de un poco más de la belleza que tanto necesita.
Ignacio del Moral, autor teatral y presidente de la AAT
Gracias, Gerardo, por tenerme a tu lado los últimos 20 años. Me quedo con tu emoción ante las cosas que te gustaban y con la energía contagiosa que proyectabas tanto a nosotros, tu equipo, como al público.
Álvaro Luna, diseñador de videoescena
Querido Gerardo: Es mucho lo que nos has dejado. Solo decirte GRACIAS por todo el tiempo que hemos compartido. Mientras nuestra memoria exista, tú estarás con nosotros. Te recordaré siempre.
Daniel Bianco, director del Teatro de la Zarzuela
Cuando asimilemos su ausencia, el vacío será tremendo. Su ilusión, sus conocimientos, su energía, sus dotes de seducción eran inmensos y trascendían lo artístico. Fue mi padrino y maestro. Gerardo, gracias eternas por todo lo que nos diste.
Juan Gómez-Cornejo, diseñador de iluminación escénica
Qué días más tristes. No hay palabras para describir este sentimiento de vacío. A Gerardo aún no le tocaba partir, aún tenía mucho que contar. Te echaremos mucho de menos. El viaje a tu lado ha sido maravilloso. Adiós, querido Maestro.
Luis Delgado, músico
Nos has dejado huérfanos, Gerardo. Has dado el relevo y confiado en tanta gente que el teatro español no sería lo que es sin ti. Y yo tampoco. Te debo tanto. Me has enseñado tanto que siempre te llevaré conmigo.
Markos Marín, actor
Fue en los escenarios y en el cine la energía y la exigencia a la que obliga el arte. Fue un amigo que no pidió nada a cambio de la generosidad que practicaba en oficios en los que, decía, te quieren solo cuando trabajaban contigo. Era un insomne alegre, interesado porque no cesaran ni la conversación ni la alegría. Preocupado por la calidad de su país, era además un ciudadano de compromiso incansable. No dejó que la rutina dominara su imaginación, y no paró de crear para hacer de este país un nuevo territorio para el arte. Renovó todos los lugares por los que transitó, y de esa actividad sin desmayo cosechó la alegría de ser reconocido y de ser ayudado en la tarea por la innumerable presencia de su entusiasmo.
Juan Cruz, periodista
Se me hace extraño escribir unas palabras sobre Gerardo, simplemente porque un creador tan activo parece imposible que nos pueda faltar; disfrutamos y aprendimos los años que trabajamos juntos, con su programación y sus creaciones; a nosotros nos quedan los recuerdos, y a las futuras generaciones su legado artístico imborrable.
Ángel Murcia , director artístico de Veranos de la Villa
Gerardo, cambiaste mi vida: abriste tu mano y pusiste ante mí un reto para invitarme a desafiarlo. Cada día a tu lado fue lección de vida. Tu confianza me ha hecho grande y tu amor muy feliz. Gracias.
Salva Bolta, director de escena
Inteligente, contradictorio, mordaz, curioso, culto, divertido, melómano, leal, cinéfilo, apasionado, comprometido, tramposo, libre, agudo, impredecible, excesivo… todo lo que uno desea encontrar en un artista y amigo.
Lluís Pasqual, director de escena
Atiendo el teléfono, Gerardo lanza una pregunta como una torrentera: ¿Tú no crees, Miguelito…? Retomamos la conversación como si hubiéramos hablado la noche anterior. Torrente de risas, planes, ideas, opiniones, chismes, a ver si quedamos… Te voy a echar de menos.
Miguel del Arco, dramaturgo y director
Querido Tito:
Soy incapaz de borrar tu número de mi listín telefónico.
Las cinco de la mañana se han teñido de silencio. De repente.
Seguiremos levantando el telón. TU TELÓN.Juan Echanove, actor
Cuando llega el tiempo de las despedidas nunca se está preparado, son siempre abruptas, tristes, desoladoras… Palabras que repetimos una y otra vez, incapaces de expresar el vacío que dejan personas que han conseguido hacerse hueco en nuestras vidas, de formas diversas y desde hace ya bastantes años… Yo he tenido la fortuna de conocer a Gerardo Vera a lo largo de todo mi periplo de persona del teatro, desde una clase, ya entonces magistral, que nos dio gracias a Carla Matteini, otra maestra, en la RESAD, allá por los noventa…
Luego hemos ido coincidiendo y también tropezando, cómo no, con la alegría de reencontrarnos en los últimos tiempos, en una renovada cercanía, que ha sido muy importante para mí y que me he quedado sin poderle agradecer como hubiera querido, acompañándolo en el estreno de Eddy, que esperábamos celebrar en La Abadía el próximo febrero…
Me dicen que se ha ido despidiéndose de sus seres queridos y abrazando lo inasible… ¡Qué coraje!
Descanse en paz, Gerardo Vera, los que seguimos la senda del carromato de la farándula, que tú tanto has disfrutado, ¡te saludamos!Carlos Aladro, director del Teatro de La Abadía
Gracias por todo, Gerardo, maestro… Cuánto te vamos a echar de menos, aunque es imborrable la huella que has dejado en nuestros escenarios…
Buen viaje, amigo
Ernesto Caballero
Incomodidad y vacío es lo que siento tras tu muerte. La desazón que me provocabas siempre se ha quedado en el estómago. La provocación constante para hacerme pensar o para que hablase. Nadie como tú me pone en ese estado ahora. El vacío cubre la pasión de tu recuerdo. Solo el teatro, un tipo de teatro, me devolverá tu sonrisa.
Natalia Menéndez, directora escénica
Gerardo, amigo, te echo de menos. Es inevitable echar la vista atrás y ver lo que hemos compartido, lo importante y decisivo que has estado en distintos momentos de mi vida profesional.
Me hiciste la escenografía y el vestuario de El gorro de cascabeles, de Pirandello, en el Lliure. Maravillosos. Antes había hecho mi primera incursión en la dirección escénica de la mano de Fabiá Puigserver. Fabiá ya no estaba y necesitaba el soporte de otro gran maestro: tú. Qué fácil me lo pusiste y qué rápido nos entendimos. Allí se empezó a fraguar una amistad, un respeto delicado y mutuo lleno de amor.
Años más tarde, gracias a tu propuesta de que dirigiera Luces de Bohemia en tu CDN, junto a Piru Navarro, volví al teatro después de 6 años de ausencia; hubo un momento en que casi cada año me hablabas de algún proyecto como actor y mi respuesta siempre era la misma: ahora no puedo, Gerardo. Y tú seguías insistiendo. Hasta que al final, de la mano de Valle-Inclán, me hiciste que me volviera a enamorar del aspecto profesional más importante en mi vida: el teatro.
Nadie como tú me ha dicho mi apellido con tanto cariño y con tanta entidad. Un Homar que sigue resonando hoy en mi cabeza y que seguirá haciéndolo siempre. Esa a que se alargaba y que me sonaba a gloria. No sé cuántas veces he revivido con otras personas cómo me conocías, el día que me llamase para ofrecerme la dirección de Luces de Bohemia. Me dijiste: Homaaaaar, que te conozco, tienes dos meses para que tomes la decisión.
Gracias, Gerardo. Qué arte, qué sabiduría, qué entusiasmo, cuánto teatro circulaba en todo tu ser, cuánta vitalidad… Teníamos un proyecto para la Compañía Nacional de Teatro Clásico… Hace unos días aún me llamaste para darme la enhorabuena por nuestra primera programación en la CNTC. En nombre de ella y en el mío propio, gracias. Gracias infinitas. Tu vitalidad es y seguirá siendo parte muy importante de todo lo que hagamos.
Un abrazo enorme.
Te quieroLluís Homar, Director del CNTC
Contigo todo era magia, entusiasmo, juego. Generoso, burlón, cariñoso y travieso, me llevaste por medio mundo y nunca te lo agradeceré lo bastante. Te imagino en una gran escenografía azul Abadía. Descansa en paz, Gerardo querido.
Elisabet Gelabert, actriz
Con Gerardo aprendí a hacer decorados negros, profundos, insondables y excesivos, y muchas otras cosas más. El sabía cosas y las dejaba entrever con ironía, dureza y sarcasmo. Se reía de todo con un contradictorio humor amargo, que sin duda le definía, y ahora creo entender que era consciente de que todo era parte del mismo juego.
Él era un fin de raza, en esto también tenía razón. Gracias Gerardo por ser tan excesivamente Gerardo.
Ricardo Sánchez Cuerda, escenógrafo